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Ihuatzio

Este sitio arqueológico, de gran extensión, aún mantiene muchos de sus secretos.

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Ihuatzio, junto con Pátzcuaro y Tzintzuntzan, formó parte del triángulo de poder del imperio purépecha, una civilización que nunca fue sometida por los mexicas. Este sitio arqueológico, de gran extensión, aún mantiene muchos de sus secretos, ya que solo una parte ha sido explorada. Entre sus elementos más destacados se encuentran los «huatziri» o caminos elevados, que no solo delimitaban espacios sino que también funcionaban como senderos dentro de la ciudad, y su imponente Plaza de Armas con dos pirámides conocidas como yácatas.

La singular arquitectura de Ihuatzio se diferencia de otros asentamientos alrededor del lago de Pátzcuaro por la extensión de su área nuclear y por la presencia de escultura monumental, algo único entre las cabeceras del imperio purépecha. En 1908 se descubrieron tres esculturas monumentales: dos chac mool y un coyote, tallados en roca basáltica. A lo largo de las exploraciones arqueológicas, se han encontrado cuatro esculturas de chac mool y tres representaciones de coyote, evidenciando la riqueza cultural y artística de la región.

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¿Sabías Qué…?

Se cree que en Ihuatzio se guardaba el tesoro de los purhépecha.

La historia de Ihuatzio se remonta a tiempos anteriores a la llegada de los purépechas, cuando grupos de habla náhuatl con influencias toltecas habitaron las islas y riberas del lago de Pátzcuaro. Al alcanzar su apogeo, Ihuatzio se extendía por aproximadamente 150 hectáreas, con 84 estructuras identificadas, de las cuales solo siete han sido expuestas al público.

El asentamiento de Ihuatzio fue clave para la consolidación del poder purépecha. Aquí se sentaron las bases de un imperio que dominaría gran parte del actual estado de Michoacán y territorios de Jalisco, Guanajuato y Guerrero, extendiéndose entre los ríos Balsas y Lerma. Fue en este lugar donde se dio inicio a una expansión militar y política que sometió a comunidades vecinas y estableció el poderío purépecha.

Las estructuras más representativas del sitio son los huatziri o muros calzada, elementos alargados con cuerpos escalonados que permitían el tránsito a lo largo de su superficie. Estos caminos, que destacan por su amplitud y accesibilidad, ofrecen una vista panorámica del sitio, especialmente desde la parte superior, donde se puede apreciar la magnitud y complejidad de la antigua ciudad.

 

¿Sabías Qué…?

El nombre de Plaza de Armas se debe a una descripción de Ihuatzio, hecha por Fray Pablo de la Purísima Concepción Beaumont a principios del siglo XVIII.

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